Cada uno de nosotros podemos construir un mundo mejor empezando por casa. Sembremos semillas de amor y fe en nuestros hijos y pronto veremos sus frutos: niños felices y generosos. Que lindo sería vivir en un mundo sin egoísmo, por eso está en ti el cambio, empieza hoy por buscar un mundo lleno de esperanza, amor y paz.
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